Y por fin llegó. Tres semanas de ensayo diario, de mucho trabajo, muchas ilusiones, mucho entusiasmo y alegría.
Y por fin, llegó el miércoles, todos cargados de nerviosismo, llegaron al colegio con sus disfraces, con la cara pintada llena de purpurina, deseando de enseñarnos cómo van y que les digamos "¡¡¡Ay qué guapa/o estás!!!. Las abuelas sentadas en un sitio cómodo para ver al nieto/a, los padres y madres con las cámaras preparadas para que no perder el momento, las mamás preocupadas porque se le ha movido la peluca o el gorro, los maestros y maestras preocupados de que todo salga bien, ¿la música suena bien?
Y empezaron a llegar los muñecos vivientes, indios, supermanes, bailarinas, soldaditos y unas muñecas modernas un poco monstruosas
Y empezó el espectáculo, la obra de teatro "Una navidad diferente", con sus bailes, con villancicos y con un toque de humor y con mucho amor.
Y cuando todo terminó, la maestra que escribe se sintió muy orgullosa de sus alumnos, que para ella son sus niños, muy feliz de verlos cómo han crecido y cómo han madurado, y muy contenta de ver que la obra de teatro que un día salió de un folio en blanco, había gustado mucho y que había salido muy, muy bien.
No me puedo olvidar de aquellos padres y madres que nos hicieron el escenario y nos lo montaron. No sé que hubiera sido de nosotros sin ellos. GRACIAS